lunes, 23 de febrero de 2009

DECIME CRISTINA...

No quise verla.
La boina (de Mario) le permitía no ver su presente, su camino, su futuro.
La oscuridad del pasado me tapaba lo real.
Me desesperó cuando Mario se iba.
Abrazo a Eduardo. Le pido ayuda.
Lucho con él pidiendo por Mario.
Mario no quiso quedarse.
Yo no quise ver .
Después fui un fantasma que aparecía del baño con otra voz, otro caminar.
Liviana, decidida como quien no espera.
De estar sufriendo paso a reírse.
¿Porqué me encerraste?
"Impotente" era la palabra clave, como un fantasma que puede torturar al otro
todo el tiempo. La música me tranquilizaba, la música eran sus hijas,
su mundo privado en el que los demás no entran. No pertenecen.
Bailaora sobre un tablado que se levanta la pollera preguntando
"¿Donde están mis amigos?"
Porque ya no tengo amigos o porque los estoy buscando....
Puedo ser una mujer sola o una mujer en busca de ayuda
o las dos cosas.
¿Donde están mis amigo?
También puede ser que ellos sean Agneco y Mario, que ya no son los que eran,
porque me han encerrado.
Tapaba la boca con mi pañuelo.
Yo misma me censuré. Me autoimpuse la inmovilidad
y me tragaba gritos.
Me burlé de Mario cuando quiso ayudarla
y volví a sufrir con cada sonido que no salia de mi boca
Sólo la música me tranquilizaba...