lunes, 23 de febrero de 2009

GABRIELA. Inquietudes

Para que haya arte algo tiene que estar incompleto Por completar en la memoria o en algún lugar de la cabeza.
Algo tiene que quedar picando, molestando, doliendo, incomodando y embelleciendo. No se trata de hacer o decir tanto, sino de ser verdadero en la contundencia en lo sencillo. El arte es síntesis. Síntesis de verdad y de belleza. Eso es lo vivo. Lo que da vida. Le da vida al hecho artístico que el que lo recibe sienta vida.
Cuando como espectadora me sentí habiendo estado en una obra de teatro que considere y considero Arte, fue cuando, algo de lo que veía me atravesaba, quería que ese momento no terminara y a la vez, quería compartirlo. Pensaba que todos a mi alrededor deberían sentir lo mismo que yo sentía ante semejante acontecimiento, y a la vez aquello que me atravesaba me hacia sentir única e irrepetible, dichosa de ser participe de eso. Algo mágico.
Como cuando en algún viaje, conocí un lugar maravilloso. Como cuando uno se enamora. Momentos mágicos...
Algo de lo humano se impone con toda su belleza, Y esa fuerza, ese limito doloroso que esta diciendo ACA ME SUCEDE y TE HAGO PARTICIPE es cuando yo me sentí frente al ARTE.
He llorado sin comprender. Con la piel de gallina. He sonreído ante esa vida que me ofrecían. Las imágenes volvían a mi cabeza días después.
Hay textos, pequeños instantes, que aun resuenan en mi cabeza en este momento y me hacen sonreir. Los guardo como tesoro.
No había distancia en estos espectáculos entre ellos y yo. Siempre siento deseos de hacer algo así, de estar ahí, adentro del escenario, cuando veo lo que me emociona.
Otras veces he visto belleza en el escenario, pero no, eso no es lo mismo.
He visto trabajos buenos, regulares, malos, aburridos y correctos. Otros me hicieron enojar.
¿Cómo pueden hacer eso?
También ahí digo, bueno, si este tipo hace esto y viene gente. Y ahí me viene el conflicto de no estar haciendo algo propio...
Pasar un buen momento viendo una obra no es poco. Que me hagan reir, que me hagan pensar, tampoco
Pero no es lo mismo emocionarse, embellecer ese momento, muchas veces con dureza.
Para mí, el arte pasa por ahí, por embellecer lo triste, lo doloroso.
Kusturica dice que el arte es la sal de la vida. Y no me parece una mala definición.
Es ponerle gusto a algo. La vida podría ser posible sin arte. Como una cena podría ser comida sin sal. Pero con sal es más rica. Más sabrosa. Más disfrutada.
¿Si el arte puede cambiar al mundo? Pues creo que no. Porque no puedo saber como cambiaría la vida sin el arte...
Pensar que si hubiera mas arte habría menos guerras, menos maldad y todo eso, me parece infantil. Como un frase de un afiche que no mirará nadie. Como si Hitler no hubiera disfrutado a Wagner. Y uno no puede culpar a Wagner por eso...
Cierto es que ante determinadas opresiones sólo de una manera bella (y a veces incomprensible) como cuando Serú cantaba sobre la morsa, y la morsa no se enteraba...
La fuerza de la verdad se convierte en contundente.
En esa “Belleza Dolorosa”, “Dolor Bello” esta la esencia.
Pero entiendo que para eso primero hay que ver el dolor. Y después embellecerlo lo que no me parece tarea fácil.

El espectador siempre termina creándole el significado. Me parece necesario ese factor.
El artista habla de lo que le pasa a él y a otro... o hace que el otro lo descubra.
Por eso entiendo que o repercute en su memoria o en algún lugar de la cabeza.
Los incita a ver como son.
En las imágenes están las ideas. Este es un proceso inverso del literario, del conceptual, del intelectual donde primero viene la idea, la comprensión del texto y luego lo imagino.
En el teatro como en las artes plásticas, se llega a la idea, a la razón después de la imagen...
Haba que seguir indagando...