La función comienza en la Cooperación. Nos juntamos un rato antes. Tomamos algo liviano: café, birra , agua. El que siempre llega primero es Fercho. Sentado, leyendo. Café. Tranquilo, por afuera. Llego yo y la señorita diseñadora, “Joselita Bembé, Alias la vida.” Esperamos la charla técnica. Llega el DT. Un saludo ligero. No tarda en venir "la señorita vestida de rojo", y su fiel compañera "actiz". Volvemos a pedir algo para beber. Nos comentamos algunas novedades de los últimos días: las butacas, el público, quien se bajó (¡la puta madre1), quién ocupa ese lugar, quién viene hoy. ¿O.B.? Pensamos todos mientras hablamos de cualquier otra cosa, pero sabiendo muy bien que la función de esta noche no se le va a parecer a ningún otra.¡La noche de O.B.! Llegan los gordos, los errores, el D.T… Comienza la técnica: ajustes, pequeños, medio giro de rosca, una mirada, un lugar, un gesto, más cantidad, un poco menos...
Todos escuchamos atentamente. Alguien disiente con el D.T. Propone. Se lo escucha. No hay lugar para el debate ahora. Uno de los gordos habla de si mismo, de su personaje, no le cierra algo. Lo plantea...Volvemos al mismo lugar. Hoy no hay conclusión. No llegamos a tierra con ese asunto.
Salimos de la Cooperación. Caminamos al Fino. Tres cuadras de humor y nerviosismo, picazón en el estomago… Hace frío, pero por dentro se siente un volcán en erupción. En la puerta esperando, hay un matrimonio. Vienen a ver al obra muy bien vestidos. Ella con zapatos negros de charol. Él con pantalón de vestir y saco sport. Sesenta años promedio. Se van a tomar algo. Luego vendrán.
Entramos al teatro. Esperamos a que el espectáculo anterior termine de sacar sus cosas del camarín. Comienza el armado de la escenografía y las luces. Cada uno sabe su rol. Cada uno se encarga rápidamente de lo suyo.
La sala está llena. Comienza la función. En la sala, está presente mirando, observando todo. Entre los espectadores, O.B, (Osvaldo Bayer). Su presencia hace que la atmósfera se enrarezca. Los textos tienen otro espesor: él está en la obra, nosotros estamos en él.
Llegando al final miro la primera fila, y antes del apagón, veo a aquel matrimonio, de 60 años aproximadamente, bien vestidos. Ella con pollera por debajo de las rodillas y zapatos de charol negros y él con pantalón de vestir, camisa y saco sport. Ella está con la cara tapado, él mira con mucha angustia. Final. Aplausos.
El teatro está completamente en silencio. Algo cambió esa noche: La noche de O.B.
Todos escuchamos atentamente. Alguien disiente con el D.T. Propone. Se lo escucha. No hay lugar para el debate ahora. Uno de los gordos habla de si mismo, de su personaje, no le cierra algo. Lo plantea...Volvemos al mismo lugar. Hoy no hay conclusión. No llegamos a tierra con ese asunto.
Salimos de la Cooperación. Caminamos al Fino. Tres cuadras de humor y nerviosismo, picazón en el estomago… Hace frío, pero por dentro se siente un volcán en erupción. En la puerta esperando, hay un matrimonio. Vienen a ver al obra muy bien vestidos. Ella con zapatos negros de charol. Él con pantalón de vestir y saco sport. Sesenta años promedio. Se van a tomar algo. Luego vendrán.
Entramos al teatro. Esperamos a que el espectáculo anterior termine de sacar sus cosas del camarín. Comienza el armado de la escenografía y las luces. Cada uno sabe su rol. Cada uno se encarga rápidamente de lo suyo.
La sala está llena. Comienza la función. En la sala, está presente mirando, observando todo. Entre los espectadores, O.B, (Osvaldo Bayer). Su presencia hace que la atmósfera se enrarezca. Los textos tienen otro espesor: él está en la obra, nosotros estamos en él.
Llegando al final miro la primera fila, y antes del apagón, veo a aquel matrimonio, de 60 años aproximadamente, bien vestidos. Ella con pollera por debajo de las rodillas y zapatos de charol negros y él con pantalón de vestir, camisa y saco sport. Ella está con la cara tapado, él mira con mucha angustia. Final. Aplausos.
El teatro está completamente en silencio. Algo cambió esa noche: La noche de O.B.
YAMIL CHADAD