martes, 27 de octubre de 2009

A LOS QUE NO SE VEN





Bandidos atropellavidas,
que poco te importa un hueso, una pierna,
una lágrima que rompe a gritos por lo que no
puede entenderse, por lo que alguien decide sobre ti.

Maldichos seres que os escondéis,
ratas cobardes que solos no valéis el esfuerzo de miraros
¡que fácil es apretar!

Sois muchos, pero nosotros también.

Pegáis duro, pero nuestra arma no es esa.
¡Es esta, y esta, y esta, pero no es esa!

Porque no somos como vosotros,
porque nunca seremos como vosotros.
Por mas que insistáis,
por mas que gritéis por encima de nosotros,
nosotros tenemos la verdad,
la coherencia del ser.

Animales, ratas, grises, poco hombres.

De a muchos se hace mucho.
Eso lo sabemos y lo hacemos.

Os pedimos que no nos subestiméis,
porque los lobos, un día, os seguirán a vuestra cama.
Y no podréis dormir. Y no podréis dormir. Y no podréis...
Y nosotros hacemos lo que sabemos: teatro.
Y vosotros nos teméis. Si no, no os molestaríais.
Y aunque os ocultéis, sabemos quienes sois.
Y lo seguiremos sabiendo.

¡Pégame fuerte! ¡Mátame!

Porque mientras uno de nosotros este en pié,
os perseguiremos. Estaremos en vuestros sueños.

Y no podréis dormir.

En una esquina, en una sombra estáis. Atrapados.
Nosotros somos dueños de la luz. Y vosotros sois ratas.
¡Pégame fuerte y que no te recuerde!

Porque a los nombres les salen dientes
y terminarán mordiendoos.